Generalmente, cuando se habla de hábitos de vida saludable, se entiende que se hace referencia a las capacidades físicas y a la estética corporal. De ahí el popular «voy a comer bien y hacer ejercicio para verme mejor». Sin embargo, es necesario tener en cuenta que contar con hábitos saludables ayudan a preservar la salud, regular el estrés y prevenir problemas de salud a largo plazo. Por ello, a continuación, se compartirá algunas pautas de cómo poder verte mejor, sentirte mejor y prevenir aflicciones a largo plazo. Toma nota.
La importancia del desayuno, viene asociada al hecho de que el cuerpo estuvo en su estado de reposo máximo diario (por recomendablemente 8 horas), por lo que necesita ser reabastecido de nutrientes, que brindan energía, y líquidos, principalmente agua, que nos ayuda a regular muchas funciones (además recuerda que estamos compuestos entre 65 y 70% por ella en nuestra adultez y es vital mantener dicha proporción). La abstención del desayuno tiene distintas consecuencias, entre ellas, hará el metabolismo más lento; puede generar gastritis (o en caso de tenerla, empeorarla); e incrementa el riesgo de padecer de diabetes; entre otros.
Para gozar de un buen estado de salud, puedes incorporar una rutina de ejercicios o practicar algún deporte. Para esto puedes recurrir a algún gimnasio o buscar un entrenador certificado o, en todo caso, puedes inscribirte en tenis o natación, por ejemplo, que son deportes completos. Otra buena recomendación es incorporar una rutina de estiramientos, estos te ayudarán a mantener una correcta postura y a mantener la tenacidad muscular para años próximos, puedes encontrarlos en yoga o pilates. Ten en cuenta, que el tiempo dedicado a cualquiera de ellos dependerá del instructor. No necesariamente prolongadas sesiones serán más beneficiosas que otras más cortas, todo dependerá de lo que busques o con lo que encuentres mayores beneficios. También deberás incrementar tu dosis de agua diaria para suplir la que puedas perder durante el desarrollo y durante el proceso de enfriamiento.
La dieta diaria debe estar compuesta por ambos conjuntos de nutrientes. Por un lado, tenemos los micronutrientes: las múltiples vitaminas y los diversos minerales. Las vitaminas tienen muchas e importantes funciones, como son el servir de antioxidantes (vit. C y K), ayudar a asimilar minerales (vit. D) o ayudar al correcto funcionamiento del sistema nervioso (vit. B12), entre muchos otros. Los minerales también aportan muchos beneficios e intervienen en muchos procesos corporales, por ejemplo, el calcio es muy importante para nuestros huesos, el yodo es imprescindible para el funcionamiento de nuestra glándula tiroides, y el zinc cumple un importante rol en la cicatrización y en el sistema inmunológico. Ten en cuenta que hay muchos otros minerales como el fósforo, el magnesio, hierro, sodio y potasio, entre otros, que desempeñan otras importantes funciones. Por otro lado, tenemos los macronutrientes: lípidos o grasas (de los que hay muy buenos elementos como los del grupo omega, por ejemplo); aminoácidos y proteínas que más allá de ser conocidos por su importancia en el desarrollo muscular también están presentes en nuestra sangre (hemoglobina e insulina, por ejemplo), en nuestras uñas y cabellos (queratina) y en muchos otros aspectos; y como último grupo de macronutrientes tenemos a los carbohidratos, muy importantes para los procesos cognitivos (la glucosa es vital para el cerebro) y además son nuestra principal fuente de energía. La fibra, si bien no está incluida en los grupos anteriores, también es importante por sus aportes a la digestión y excreción, puede encontrarse en vegetales, frutas, granos y cereales. Aunque, actualmente existen una gran variedad de productos que pueden complementar perfectamente tu dieta, al ser alimentos ricos en nutrientes, le brindan al organismo todo lo necesario para poder realizar sus actividades diarias: https://bit.ly/2tkyXV6 Si buscas llevar una alimentación balanceada, puedes consultar a un nutricionista. Este te ayudará con tu plan nutricional considerando tu ritmo de vida (desgaste físico y mental) y tus objetivos. Recuerda que más importante que tener un cuerpo escultural es gozar de buena salud en el presente y conservarla para el futuro.
Para llevar una vida saludable, se hace necesario no estresarse, por lo que la planificación y la organización se hacen fundamentales. Mantener todo en orden y tener un plan B a la mano, se convierten en un factor determinante, que permitirá ante cualquier imprevisto tener una salida planeada. A pesar de que el no estresarse, muchas veces es algo que no se puede controlar, esto debido al entorno laboral, sentimental y familiar, pero siempre se debe buscar formas para hacer llevadera cualquier situación; incluso en momentos de mucha tensión, la mejor opción es respirar profundo y desconectarse por unos minutos, esto será un factor clave para poder lidiar ante cualquier inconveniente. También puede ser beneficioso escuchar música del agrado o relajante en horas de trabajo para relajarse. Acudir al trabajo en bicicleta o dar paseos a pie por parques o malecones puede ayudarnos a eliminar un poco de estrés cotidiano. Para concluir, esta serie de hábitos que buscan ayudar a mejorar tu estado de salud e impulsar tu bienestar general, de llegar a implementarla mejorarán tu estado de ánimo y tu economía en años venideros, porque no necesitarás destinar un alto presupuesto para enfermedades o dolencias (ya sean cardiovasculares, respiratorias o diabetes, entre otros).
compartelo